Artículo publicado en Ultimas Noticias, Domingo 1º de Mayo de 2011
El espacio que nos rodea está sumergido en un campo magnético, compuesto de partículas que constituyen una fuerza de energía libre y colocada fuera de otros campos magnéticos. Gracias a la física, sabemos que el núcleo de un protón y de un neutrón están constituidos por tres estructuras energéticas llamadas Quark. El Quark es una partícula de energía con una masa pequeña y constituye el primer paso en el proceso que va desde la energía pura sin masa, hasta la formación de la materia. Esta unidad energética se mueve mucho más rápido que la luz. Basándose en el estudio del comportamiento de esta unidad, nace el estudio de la Energía Taquiónica.
En nuestro organismo, al igual que en el universo, al no fluir adecuadamente la energía, surgen molestias. El cuerpo se deteriora, no se regenera adecuadamente, y como consecuencia de esto, los bloqueos causan su contaminación y una desnivelación de las radiaciones electromagnéticas, produciendo la enfermedad.
Según el Dr. Georges Lakhoysky, las células son minúsculos circuitos oscilantes que se sintonizan entre ellas a través de flujos de energía electromagnética. La enfermedad nace de perturbaciones que transforman y deforman estas vibraciones básicas y la energía taquiónica sirve como un catalizador natural del proceso de autocuración, ya que induce a procesos homeostáticos de reequilibrio y permite al cuerpo auto reproducir efectos curativos.
La Energía Taquiónica, también llamada energía cósmica sutil (Ecos) es la energía de la fuerza vital, sin dimensiones y sin una dirección precisa que fluye a través de nosotros, y a través de los espacios de las moléculas de nuestro cuerpo. Esta energía ya era conocida desde hacía 7.000 años. Los antiguos egipcios la llamaron Sekhem. En la india se le denominó Prana. En China fue conocida como Chi. En Japón se le denomina Ki, término que designa la energía dinámica y sutil presente en todas las cosas. Los físicos Seretzon, Stanyukovicz y Tesla, manejaron la hipótesis de su existencia y la posibilidad de convertirla en energía utilizable.
En la actualidad existe una nueva medicina alternativa basada en la energía Taquiónica. El terapeuta que trabajo no necesita saber cuál es la frecuencia necesaria para cada persona, ya que los taquiones tienen potencialmente todas las frecuencias. Cuando los taquiones vienen aplicados sobre un área determinada, los campos energéticos sutiles de esta zona convierten exactamente lo que se necesita para recuperar el equilibrio y el orden. Utilizando la energía taquiónica se puede confirmar la reactivación instantánea de los chakras y de los puntos de acupuntura, y el aumento de la flexibilidad corporal, pues induce procesos de reequilibrio, posibilitando al cuerpo la ayuda para producir efectos de autocuración. Es también fuente de todas las frecuencias, invierte la entropía, y por tanto, el envejecimiento, y el desorden sobre el nivel de energía en el cuerpo, generando de tal modo, bienestar y salud.